Casa Cuesta, más de 135 años de historia en Triana

“Había exactamente once bares en los trescientos metros que separaba Casa Cuesta del Puente de Triana. La media es uno cada veintisiete metros…”

Sin proponérselo, Arturo Pérez Reverte en su obra “La Piel del Tambor”, a la que pertenece esta frase, estaba haciendo un inventario de bares trianeros de toda la vida. Aunque muchos de ellos ya han desaparecido, todavía queda alguno en pie sobreviviendo a más de un siglo de avatares históricos.

Uno de ellos es precisamente Casa Cuesta que después de más de 135 años de singladura forma parte de la cultura del tapeo, la tradición de la alfarería trianera y la historia de Sevilla.

Desde su fundación en 1880, Casa Cuesta ha desempeñado un papel muy importante en la vida y cultura trianera. Para unos quizás sea por su situación estratégica junto al Río Guadalquivir y enfrente del Callejón de la Inquisición (aquí se levanto el antiguo castillo de San Jorge, hoy Museo de la Inquisición), para otros, los interesados en los orígenes de la publicidad, Casa Cuesta es una especie de museo del anuncio que exhibe unos esplendidos azulejos como el de las Líneas de vapores Sevilla- Sanlúcar- Mar o el de Ponche Caballero, el licor que trajeron y popularizaron los ingleses y franceses que vinieron a España.

A todo esto hay que añadir que Casa Cuesta representa en si la imagen de las tabernas antiguas de principios del siglo XX con una barra de madera de estilo modernista, su reloj centenario, azulejos trianeros antiguos donde se pueden ver los distintos patrones de la época y una colección impresionante de carteles originales de Fiestas de Primavera y Semana Santa de distintos años (1890, 1898, 1957…) que están pintados por reconocidos pintores costumbristas sevillanos como José García Ramos, Juan Balcera, Gonzalo Bilbao y Braulio Ruiz… A través de estos carteles se puede observar la evolución de las modas y las costumbres.

Además de todas estas consideraciones históricas y sentimentales, Casa Cuesta es un lugar emblemático donde se sirven algunas de las tapas y guisos más tradicionales de la cocina andaluza. Gran parte de ellas se cocinan siguiendo las recetas manuscritas encontradas en el local y que datan de 1925. A día de hoy las hemos actualizado y algunas reinventado para seguir las pautas de los gustos actuales pero no hemos perdido el sabor de guisos y tapas de la cocina tradicional de toda la vida.